
Farmacia para paciente pediátrico
DEFINICIÓN
De acuerdo con lo estipulado en la Norma Oficial Mexicana NOM-072-SSA1-2012, Etiquetado de medicamentos y de remedios herbolarios, la dispensación de medicamentos se refiere al “acto profesional cuyos objetivos son la entrega de insumos para la salud en condiciones óptimas y de acuerdo con la normatividad vigente y la protección del paciente frente a la aparición de problemas relacionados con medicamentos. Además, implica informar al paciente sobre la medicación que utiliza, detección de situaciones en las que hay riesgo de sufrir problemas relacionados con los medicamentos y tomar decisiones benéficas para el paciente”.
COSA DE NIÑOS
Si bien la dispensación de medicamentos es tarea delicada, adquiere mayor compromiso cuando se trata de pacientes pediátricos, pues su atención es delicada y requiere mayor cuidado. Las siguientes estrategias son de gran ayuda para padres o tutores que deben administrar tratamiento farmacológico al menor para que recupere su salud.
PRESCRIPCIÓN
Debes revisar que todos los datos en la receta sean precisos: nombre del medicamento, presentación, dosis, vía de administración y duración del tratamiento. En caso de que alguno falte recomiéndale a tu cliente que contacte al pediatra para aclarar las dudas. Asimismo, en ocasiones el fármaco debe administrarse mediante ciertos insumos, por ejemplo, jeringas o nebulizadores; recomiéndale el más indicado para su pequeño y si él mismo lo puede manipular o necesita auxilio de una enfermera.
COMPROBACIÓN
Pregúntale si comprendió cómo, cuánto y cuándo debe usar el medicamento. Si aún tiene alguna duda sobre su administración que no te es posible aclarar, de nuevo remítelo a su médico.
ALMACENAMIENTO
Dale la información necesaria para que tenga cuidado al guardar el medicamento, ya que si no lo hace correctamente puede perder su eficacia; asimismo, debe mantenerlo lejos del alcance de los niños y de las mascotas.
ADHERENCIA
Antes de que salga de la farmacia, enfatiza a quien esté a cargo del niño sobre la importancia que tiene el apego al tratamiento, pues de esta manera la terapia dará buenos resultados.
SEGURIDAD
Los medicamentos deben estar siempre cerrados, utilizando las tapas a prueba de niños. Asimismo, es importante revisar la etiqueta para verificar su fecha de caducidad, pues si ya expiró pueden perder su eficacia, y su uso ser tóxico. También deben mantenerse en sus envases originales, evitando con ello dar algún fármaco en forma incorrecta.
DOS ERRORES
No se recomienda ingerir fármacos frente a los niños, pues ellos con frecuencia imitan lo que hacen los adultos. Tampoco, debe referirse a las medicinas como “golosinas” para lograr que los niños las tomen, pues pensarán que son inofensivas y, en un descuido, ingerir tal cantidad que origine intoxicación.
AL PEDIATRA
Si el chico no muestra mejoría y/o presenta reacciones adversas, se debe acudir al especialista para que evalúe la situación.
TIPS PARA ADMINISTRARLOS
Firmeza. Si el menor tiene edad suficiente, se le debe explicar por qué lo debe recibir y que no hay excusas para no hacerlo. Es importante mantener la calma, pues aplicar supositorios e inyecciones, no es sencillo. Al final, los adultos deben reconfortar al chico, abrazándolo y expresándole su apoyo.
Cantidad. El uso de jeringa o gotero para medir la cantidad indicada es más preciso, pues cucharitas y cucharas de la cocina no son exactas, así que no deben utilizarse.
Dosis. Se deben administrar a las horas prescritas; en caso de olvido, conviene preguntar al pediatra qué procede.
¿Dos a la vez? Cuando el pequeño está recibiendo algún tratamiento, es necesario que el adulto pregunte al pediatra si puede administrarle algo extra para mayor alivio.
Solos. No se recomienda mezclar fármacos con alimentos y/o bebidas porque pueden interferir con su eficacia. Lo mejor es preguntar al pediatra si esto es posible.
Sabor. Algunos fármacos no saben muy bien. Para mejorar su sabor, el niño puede chupar una paleta antes de tomar el medicamento, y después de ingerirlo ofrecerle su bebida favorita para ayudar a que pase rápido el mal rato.